Antes de servir, distribuimos azúcar de caña o blanco uniformemente sobre la crema y quemamos con una pala de hierro muy caliente o con un pequeño soplete. Aquí las primeras veces hay que empezar poco a poco, con cuidado de no quemar el azúcar (ya que amargaría), hasta formar una costra de caramelo. Este caramelo, al romperse y mezclarse con la crema, le da un toque especial a la receta.
250 ml Leche entera
250 g Nata líquida para montar 35% M. G.
7 yemas de huevos
90 g Azúcar blanco
1 rama de canela
1/2 Vaina de vainilla
Piel de una naranja y de un limón
2 cucharadas leche de almendras